Volvemos con el análisis/opinión de otra cerveza, en este caso trapense, que como ya explicamos en su momento se trata de un estilo de cerveza, generalmente belga y de abadía.
Hoy hablamos de La Trappe Tripel, que aunque antes hemos dicho que normalmente las trapenses son belgas, esta es una de las excepciones puesto que está elaborada y embotellada en la abadía de Koningshoeven, en Holanda.
En primer lugar comentaremos el diseño de la botella, a mi parecer atractivo, con una etiqueta en forma de arco apuntado, en clara alusión a la procedencia eclesiástica de la cerveza, con una enorme “T” de estilo gótico y al estilo de las mayúsculas minadas de los antiguos manuscritos, todo ello juntos con los colores apergaminados del conjunto dan esa sensación de calidez y antigüedad.
Por la parte trasera podemos leer una explicación en inglés que reza: “ La Trappe Tripel es una clásica ale trapense con un potente y completo sabor. Además, la ale tiene un carácter dulce y ligeramente malteado. Temperatura de servicio 10-14ªC.”
Vamos ya al meollo de la cuestión, la cerveza.
Tiene un color dorado ambarino, turbio como es de esperar, con una espuma ligeramente amarillenta de escasa consistencia que no tarda en desaparecer dejando la clásica corona a lo largo de toda la “cata” si es que podemos llamarlo así.
El aroma es el clásico de las trapenses, pan, miel, frutos secos, bollería, un olor familiar que nos invita a tomarla con tranquilidad y disfrutando de los matices, que cada cierto tiempo nos deja percibir tonos herbáceos, florales, amelocotonados. Como ejercicio propuesto, deberes, cuando toméis una cerveza intentad identificar esos aromas, gastad un minuto en intentar emparejar estos aromas con otros que ya tengáis en vuestra memoria olfativa. Es interesante.
En cuanto al sabor. Es cierto que para el consumidor “medio” es una cerveza de sabor lleno, completo, fuerte que nos recuerda también al pan, a la miel quizás. Tiene un punto dulce y una presencia alcohólica que se hace notar aunque sin ser invasiva.
Pese a sus 8% vol. de alcohol, no diría que es una cerveza fuerte, siempre hablando en términos gustativos, sino más bien amable que puede ser disfrutada por casi todos. Es cierto que si somos consumidores habituales de las típicas lagers veraniegas, esta ale trapense nos parecerá fuerte como ya hemos dicho antes, pero dentro de su categoría yo personalmente la catalogaría como suave.
Tiene un final ligeramente amargo y astringente que otros describen también como seco.
Es una cerveza perfecta para tomar a cualquier hora del día siempre que se disponga del tiempo necesario. Por sí misma es una cerveza buena, pero a mí me parece aún mejor si se acompaña de quesos, dátiles, pasas y una agradable conversación en buena compañía.
Como siempre, serán bienvenidos todos los comentarios y opiniones. Un saludo y hasta la próxima.
Se me ha hecho la boca agua con la descripción. Me la apunto para probarla ya.
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